"Los sueños poquito a poco se van cumpliendo": a quienes se acercaron a escucharle les dijo que era "una noche especial", que conocía a muchos de ellos. Y a ellos, agradecido, les dedicó un repaso por sus canciones, con temas más suaves en una primera parte, entre los que destacó, entre otros 'Escandinavia' o 'Adiós', que dio título al segundo disco.

Luego se animó con las canciones con más fuerza, como 'Tocado y hundido, para regresar a sus canciones más íntimas y terminar con una nana, entre alguna versión. De propina, cantó 'Haces bien' y 'Miedo', que todo el mundo, de todas las edades, coreó.

Marazu reconoció sentir respeto por cantar aquí, pero también emoción, porque entre el público se encontraban sus padres, su hermana y algunos amigos a los que nombró. A todos nos llamó vecinos. Era un "día especial", aseguró, pero también porque había desayunado este día a las 6 de la mañana con un veterano cantante, Raphael.

Y Marazu subió al Mercado Chico, pero pareció que se sentó a cantar en medio de la plaza entre amigos y con su inseparable banda. La próxima vez seguramente traerá su tercer disco.