Obra del arquitecto Miguel Ángel Medrano, el edificio de la nueva parroquia, con una visible torre blanca a la que asoman pequeñas ventanas e iluminada por la noche, ha recibido a medio millar de personas para la eucaristía que ha abierto las puertas del templo.

Concelebrada por 80 sacerdotes de la diócesis, la ceremonia religiosa ha estado presidida por el obispo, Jesús García Burillo, que ha comenzado con la bendición de las paredes del templo.

Tras la homilía, en la que ha recordado la historia del barrio y la parroquia y hablado de un "templo vivo", ha tenido lugar la consagración del altar y la colocación del Santísimo en el sagrario. El altar, que había permanecido a oscuras hasta ese momento, ha encendido todas sus luces en el momento de la consagración con el santo aceite y el incienso.

También se ha entonado al himno a San Pedro Bautista, protomártir del Japón y patrón de San Esteban del Valle, cuya cofradía ha donado una talla en nogal macizo de una sola pieza hecha por la escultura Elena González y situada en una capilla.

Donaciones

Al final, el párroco, José Luis Retana, ha pronunciado unas palabras de acción de gracias en la que agradecido a quienes han colaborado en que el templo se levante, en especial a quienes han hecho donaciones económicas. Para su financiación, no se ha recurrido a créditos bancarios.

Antes de la ceremonia, el párroco ha explicado que la iglesia ofrece "una línea moderna con todos los elementos clásicos" e "identificable con una iglesia".

"Hemos cuidado la luz y la calidez", también que "no sea alargada sino que los fieles se concentren en torno al altar", y la accesibilidad, que permite el acceso al altar con silla de ruedas y el sonido con bucle magnético.

El nuevo templo, con sitio para 400 personas, sustituye a la casa parroquial que abrió sus puertas en diciembre de 2000.