La llamada, poco después de las 19 horas, advirtiendo de un incidente por una discusión en el paseo de San Roque entre dos vehículos ha llevado a la Policía hasta allí, sin encontrar nada. Acto seguido han bajado a la avenida de la Juventud y han encontrado "a cada uno en su casa", pero con voces y enfrentamientos verbales, según el comisario de Policía, José Luis Tejedor, que no tiene constancia de que se hayan producido detonaciones.

"No hay motivo de alarma", ha asegurado. El hecho no tiene relación con otros sucesos anteriores, según ha subrayado el responsable policial, en relación a la reyerta entre dos familias de etnia gitana ocurrida en marzo.

En un vehículo iban cuatro personas y en otro tres cuando ha ocurrido "una discusión" en San Roque, de la que se desconoce la causa, según el comisario, quien ha resaltado que son "muy reacios" a dar explicaciones. "Es muy difícil saber el motivo", ha señalado.

"Según ellos ha sido una chiquillada, dos grupos de chicos que se han pegado", ha dicho, a la vez que ha pedido "prudencia hasta saber lo que ha pasado".

Aunque algunos vecinos del barrio han dicho haber escuchado disparos, el comisario ha manifestado que no hay evidencia de ello, como impactos, casquillos o testigos.

El tramo final de la avenida Juan Pablo II y parte de la avenida de la Juventud han permanecido cortados al tráfico cerca de dos horas, y hasta la zona se han desplazado cuatro vehículos de la Policía Local y otros cuatro de la Policía Nacional.

En ese tiempo se han escuchado voces con amenazas "con carácter exaltado" y algunas de muerte, por parte de familiares de los jóvenes implicados en la pelea.

Sobre las 21 horas, "cuando hemos visto que no hay riesgo", según el comisario, se han abierto las calles y se han marchado casi todas las dotaciones policiales. Un vehículo de la Policía Nacional y otro de la Local permanecerán toda la noche de forma "preventiva, por si hubiera algún tipo de incidente".

Cuando el comisario daba estas explicaciones, a las 21,15 horas, junto al jefe de la Policía Local, Jose Manuel Jiménez, todavía se escuchaban las voces con amenazas.