Se trata de tramo de la calle San Segundo comprendido entre la acera y la muralla, según aprobó hace dos meses el Ayuntamiento a propuesta de María Teresa Calvo, coatura del libro dedicado a las calles de la capital abulense y amiga del historiador y arqueólogo.

Hasta el 22 de julio el Consistorio recibirá apoyos para otorgar el nombre de esta zona del profesor fallecido en febrero.

La teniente de alcalde de Cultura e instructora del expediente, Sonsoles Sánchez-Reyes, ha invitado a adherirse: "estamos ante una persona que ha sido importantísima en la vida de nuestra ciudad y que ha tenido tanta repercusión en la sociedad abulense".

A grandes rasgos ha glosado que Rodríguez Almeida, que nació el 10 de diciembre de 1930, fue profesor del Colegio Diocesano; participó en las obras de remodelación de la plaza Sánchez Albornoz y calle Gabriel y Galán con la excavación de tumbas románicas en la iglesia de San Pedro; realizó estudios sobre la basílica de San Vicente y Ávila en época romana; y en Roma se formó en el Instituto Pontificio de Arqueología Cristiana, destacando sus investigaciones sobre cerámicas de Monte Testaccio.

Gran conocedor del latín, tradujo importantes obras; impartió docencia en diferentes universidades de España, Italia, Francia, Suiza y Estados Unidos; fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Sevilla y miembro del Instituto Arqueológico alemán; y en el año 2011 obtuvo el Premio Castilla y León de Ciencias Sociales y Humanidades, antes de fallecer en Valladolid el 21 de febrero de 2016.

La Junta de Gobierno Local aprobó esta nominación junto a la propuesta del Colegio Oficial de Médicos de Ávila para dar el nombre de Antonio López Bravo a un espacio en los aledaños del Hospital Provincial.