Tras un estudio realizado en el Sistema Central durante seis años, en el que ha empleado un método de muestreo que le permite observar las manadas que hay en cada territorio y que incluye cámaras de “fototrampeo”, Palacios ha concluido que hay “menos grupos y menos individuos” de los que se habla, pero también que la conservación del lobo “no es favorable” en el Sistema Central.

El investigador ha afirmado que el hábitat para el lobo está “muy deteriorado” y que la base del “conflicto actual” se centra en que “no se están tomando las medidas que establece la normativa para compatibilizar la presencia del lobo con los usos humanos”.

Prevención
Esas medidas pasarían por la prevención, para adaptar los planes y programas de sectores como la agricultura, la ganadería, la caza o la actividad forestal a la conservación y mantenimiento de los hábitats vegetales y de la población del lobo.

Palacios, que participó el día 3 en las I Jornadas Científicas Divulgativas Ciudad de Ávila, ha resaltado que en zonas de Ávila consideradas Red Natura “debería haber” planes de gestión para el lobo, porque “hay mucha ganadería”, pero poca alimentación, de modo que “si tuviera un alimento alternativo, probablemente se especializaría en ese alimento y dejaría de depredar”.

No obstante, las medidas no sólo deben afectar a la ganadería sino también a la caza, para establecer unas densidades mínimas para alimentar al lobo, aunque –ha insistido- se da la paradoja de que donde hay lobo, en espacios de Red Natura, hay “pocos animales para cazar”.

El enfrentamiento surge, a su juicio, de que “la Administración no cumple con sus obligaciones”, pero también por el hecho de que hay “muchos sectores implicados”.

Medidas
Con respecto a las medidas que se están tomando para frenar los ataques de los lobos al ganado y compensar por los daños, Fernando Palacios ha afirmado que, por ejemplo, el seguro que indemniza por los ataques “debería pagarse inmediatamente” y “sea cual sea el animal que los ha producido”, porque “los ganaderos no tienen la culpa de que no haya alimento en los espacios de la Red Natura”.

Tampoco se están empleando, a su juicio, las ayudas para fomentar iniciativas rurales en espacios prioritarios incluidos en la Red Natural y municipios con pocos habitantes, mientras que, con la caza, los planes cinegéticos “deberían establecer densidades mínimas que deben mantenerse”, para que no bajen de siete corzos o jabalíes por kilómetro cuadrado o diez o quince individuos por kilómetro cuadrado, para abastecer las necesidades de los cazadores y también las tróficas de los lobos.

Especie cinegética
En cuanto a que el lobo sea especie cinegética al sur del Duero, a su juicio, “no es lógico”, porque está protegida para recolonizar los hábitats del sur y el centro. “No se puede cambiar ahora el estatus porque frenaría la recuperación”, ha afirmado.

“El lobo es una especie de interés prioritario y la Junta debe protegerlo, pero no quiere asumir sus obligaciones”, ha añadido, antes de proponer que todos los sectores -cazadores, científicos, ganaderos, forestales, empresarios...- se unan para establecer medidas que ayuden a la conservación de especies prioritarias y adaptarlas a los planes socioeconómicos, porque la Junta “ha dejado que el problema se enquiste”.