La fundación, que tendrá su sede en la calle Caballeros, ha puesto como nombre a su iniciativa la altitud a la que se encuentra la provincia, la más alta de España, lo hace de ella “un emplazamiento simbólico”. La apertura del edificio se producirá con un año de retraso sobre lo previsto.

A través del observatorio, la fundación quiere “contribuir a poner en valor el estilo de vida” de la ciudad de Ávila, donde, a su juicio, se mantiene una “equilibrada relación hombre-naturaleza-ciudad”, por lo que resulta “un buen laboratorio para trabajar” en un nuevo concepto, como es el de “ciudad natural”.

De hecho, este concepto centrará una exposición con la que la iniciativa se presentará en Ávila, relacionado con el medio ambiente, las relaciones humanas, la cultura, el patrimonio histórico, la calidad de vida o el “equilibrio laboral y familiar”.

En este sentido, se pretenden poner en marcha proyectos para favorecer el empleo juvenil, la “conectividad” y el desarrollo económico, además de “servir de nexo de unión entre la ciudad y la provincia”, con especial incidencia en los emprendedores y la juventud, de ahí su presencia en redes sociales.

Origen
La Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno nace y tiene su sede en Madrid, pero mantiene un vínculo histórico con la provincia de Ávila, donde posee varias fincas rústicas procedentes de los antepasados de su fundadora.

Entre los fines de la fundación, se encuentra el estudio y cuidado de la naturaleza, el apoyo a la investigación científica y la formación de la juventud y sus principales líneas de actuación son la “promoción de la ética ambiental, la convocatoria de ayudas a proyectos de investigación en neurociencia, las becas predoctorales para jóvenes y la promoción del desarrollo rural”.

Desde 2014, la fundación trabaja en la sierra de Ávila, con un Plan de Desarrollo Rural en el entorno de 17 pequeños municipios alrededor de sus fincas, en la zona de Solana de Rioalmar.

Para ello, constituyó en la Universidad Politécnica de Madrid una Cátedra Universidad-Empresa de Jóvenes Emprendedores para la Sostenibilidad de los Territorios Rurales, que desarrolla el Grupo Gesplan de la Escuela de Ingenieros Agrónomos de la UPM, con el fin de ayudar a jóvenes y mujeres del medio rural abulense en su ánimo emprendedor y favorecer el asentamiento en los pueblos.

Proyectos

Hasta ahora han participado en el programa 169 personas (113 emprendedores y 56 empresarios) y han surgido 39 propuestas de proyecto, repartidas en tres ejes temáticos. Tres de ellos ya se han convertido en nuevas actividades empresariales que han recibido una ayuda económica de la fundación para su puesta en marcha: la patente de un nuevo apero para el arado, una explotación de apicultura y una parafarmacia online.

Por otra parte, en la línea de la conservación del patrimonio natural, la fundación trabaja desde hace tiempo en el cuidado de la finca La Serrota, con actuaciones como la repoblación de 40 hectáreas con 100.000 pinos.

Además, la Junta de Castilla y León ha aprobado el plan dasocrático presentado por la fundación para desarrollar una gestión sostenible de la finca, incluida en el espacio natural de las sierras de la Paramera y la Serrota.