Lo hace "para asustar", según ha confesado a su paso por el Club de Lectura del Campus de Ávila, como en 'Angosta', la historia en que dibuja a los ciudadanos divididos por castas, "un sitio de ficción pero casi real', y mejor novela extranjera en China en 2005.

En ese ánimo de "cambiar las cosas", como seguidor del líder social que fue su padre, Héctor Abad Gómez -asesinado por paramilitares en 1987 y al que dedicó la novela 'El olvido que seremos'-, pone ejemplos de quienes han obrado siguiendo algunos elementos de sus obras: el que fue alcalde de Medellín, Sergio Fajardo, eliminó una montaña de basura de la ciudad, y un empresario propuso repartir un gran latifundio para el cultivo.

Abad Faciolince ha hablado de su última novela, 'La oculta', una historia de los devenires de su familia ambientada en la colonización y en la sociedad tradicional colombiana.

Períodos de sequía

En este punto se ha referido a los "períodos de sequía', cuando escribe cosas "que no publicaría jamás", aunque el compromiso de una columna periodística semanal le obliga a veces a hacerlo.

El peor momento lo vivió cuando perdió -luego recuperado- el cuaderno de 'Memorias de un amante impotente', una noche en Berlín cuando regresó a su casa en bicicleta de ver a su editor, según rememoró ante sus lectores.

Entonces sufrió un "bloqueo" y pensó que "no volvería a publicar jamás". Fue cuando retomó de un cajón el viejo proyecto de 'La oculta', aunque para ello la resumió y cambió la voz narradora para dar como resultado una historia que se desarrolla en el lugar favorito del autor -"ese sitio que todos tenemos"- y con el trasfondo de sus antepasados campesinos.