Los delitos fueron cometidos durante los últimos tres meses por parte de los jóvenes, vecinos de la ciudad.

Bajo el nombre de operación Rejilla, la investigación comenzó a mediados de diciembre a raíz de una serie de robos con fuerza utilizaron el mismo método, consistente en utilizar un objeto contundente, generalmente las rejillas de las alcantarillas, para fracturar las cristaleras de escaparates o puertas de los locales.

La investigación permitió ir centrando a los sospechosos, hasta que a finales de febrero consiguieron reunir suficientes indicios para establecer un servicio discreto de vigilancia en las zonas donde se movían los delincuentes.

Fue a comienzos de marzo cuando fue detenido uno de los miembros de la banda cuando acababa de fracturar la luna de una perfumería del centro de la ciudad, para lo que había utilizado el pie metálico de una sombrilla de la terraza de un establecimiento próximo.

El ruido provocado sirvió para alertar a los vecinos, que consiguieron que el individuo abandonase sus intenciones y se diese a la fuga, momento en el que fue arrestado por los agentes de paisano que vigilaban la zona.

Las detenciones del resto del miembros de grupo se realizaron los días siguientes, a la vez que se recuperaron algunos de los objetos sustraídos. Los detenidos han sido puestos a disposición judicial.