La Policía Judicial ha efectuado con las preceptivas órdenes judiciales los registros domiciliarios con apoyo de numerosos efectivos policiales, y una Unidad de Intervención llegada desde Valladolid.

"La investigación sigue su curso", ha manifestado la subdelegada del Gobierno, María Ángeles Ortega, si bien en los registros "no se han localizado armas" ni tampoco se ha hecho ninguna detención. Lo que sí se conoce es la vivienda desde la que se realizaron los disparos que alarmaron a la barriada en la noche del martes y el jueves por la mañana.

Vivienda vacía
Dos de las viviendas registradas pertenecen a las familias implicadas en los incidentes, mientras que la tercera se encuentra vacía y, según la investigación, podría ser el motivo del origen de las desavenencias y enfrentamientos, al haber más de un interesado en vivir en ella.

Según ha explicado, no se ha practicado ninguna detención "hasta que no se sepa con seguridad quienes son los autores" de los hechos. Los casquillos de los disparos se analizan para determinar a qué armas pertenecen.

Vigilancia
Según la subdelegada, "la vigilancia en la zona se va a mantener" porque los vecinos "tienen derecho a su seguridad". A la vez, se van a llevar a cabo "controles e identificaciones aleatorias".

En la mañana del viernes había coches patrulla y policía de paisano en el barrio. La subdelegada ha comprometido "todos los refuerzos necesarios".

Ortega ha dicho "comprender" a los vecinos, llamando a la tranquilidad. "Hay que lograr que ese barrio sea como los demás y la gente tenga tranquilidad al salir a la calle, no me gustaría vivir en una situación así", ha añadido.

La subdelegada ha dicho que los patriarcas gitanos han intervenido para apaciguar los ánimos de los implicados ante la preocupación por los hechos, si bien ha achacado la situación a jóvenes que no han atendido las indicaciones recibidas.

Mercadillo
El enfrentamiento entre las familias gitanas se ha podido observar en el mercadillo de ropa de los viernes en los aledaños de la plaza de toros, donde ha habido menos puestos a los que se instalan habitualmente.

También ha acudido menos público, lo que la subdelegada ha achacado a un mensaje distribuido el jueves por WhatsApp en el que se llamaba a no acudir en protesta porque muchos de los puestos pertenecen a miembros de la comunidad gitana.

En el mercadillo, donde había también un dispositivo policial, se ha desarrollado con "tranquilidad", según la subdelegada.