Las detonaciones no han causado daños personales, pero han provocado alarma entre los vecinos, que achacan los disparos a personas de etnia gitana que residen en la zona. Se han oído al menos seis disparos, y acto seguido varias carreras por el barrio, en la calle Alfredo Abella y Teniente Muñoz Castellanos, entre el último tramo de la avenida Juan Pablo II y la calle José Bachiller.

Al menos cuatro disparos han impactado en otros tantos vehículos, y uno de ellos en una vivienda, según han podido apreciar vecinos de la zona. La Policía Judicial analiza los casquillos para conocer detalles de las armas utilizadas, según la subdelegada del Gobierno, María Ángeles Ortega.

En uno de los vehículos que ha recibido un disparo viajaba una asistente social que trabaja en el Centro de Acción Social (Ceas) Este, que tiene su sede en la calle Alfredo Abella, en el mismo edificio en el que se puede apreciar el impacto de bala.

La subdelegada achaca los hechos al enfrentamiento entre dos familias, y que podría tratarse de "un ajuste de cuentas".

La vigilancia policial "día y noche" en la zona se ha intensificado desde que se escucharon disparos en la noche del martes mediante la coordinación de Policía Nacional y Policía Local, según Ortega, que ha entendido "la alarma de los vecinos" de la zona. "Todo lo que se pueda hacer para que los ciudadanos estén tranquilos se ha puesto y se va a poner", ha manifestado, porque "tienen todo su derechoa  vivir tranquilos en su casa".

Vecinos de la zona creen que el tiroteo de este jueves ha ocurrido después de que se marchasen de la ciudad patriarcas gitanos, que habrían acudido a Ávila para mediar tras los disparos registrados el martes por la noche.

Ese día la barriada se alarmó al escuchar seis disparos, además de ver a varios grupos de personas corriendo y subiendo a varios vehículos. Tampoco en ese caso hubo que lamentar desgracias personales.