Con la dirección técnica y artística de Irene Araus, el espectáculo parte de la orfandad como "uno de los sentimientos más universales en el ser humano" ante "la pérdida de seres queridos, de  personas y de lugares de la memoria y de nuestras raíces", según el poeta.

También quiere ser "un tributo a todos cuantos les sobrevivieron, rescatándonos de la más fría intemperie, aceptando y comprendiendo nuestro dolor, y guiándonos después hacia una especie de consuelo que solo ha ido llegando con el paso del tiempo", que se unen a los paisajes de la memoria que "se van revelando como esenciales porque contienen, todavía, las raíces más profundas de nosotros mismos".

Para crear el espectáculo han investigado, durante dos años, "las posibilidades de unión entre la palabra poética y la música" para crear "piezas unitarias, composiciones homogéneas en las que la palabra y la música compartiesen el mismo protagonismo".

Velayos no quiere que el fruto del trabajo sea la presentación de un libro con música, sino como "una experiencia musical y poética con entidad propia". El resultado, ya estrenado en los últimos meses, llega a Ávila el sábado, donde se pondrá en escena en el Auditorio de San Francisco (20 horas, entrada libre).