El curso, primero que se se realiza en el marco de la Cátedra Enrique de Ossó, ha abordado los retos que se deberán asumir desde el estudio de la mística y el desarrollo de una “acertada y eficiente” educación.

Con un concierto en la tarde del sábado del músico y cantante Luis Guitarra y con la participación el domingo en una mesa redonda se ha clausurado el primer curso de la Cátedra Enrique de Ossó. Mística y Educación Teresiana. Desafíos para el siglo XXI.

La mesa redonda ha estado enfocada al ámbito escolar, para intentar responder a cuestiones como las estrategias concretas para educar “desde y para” el encuentro con Dios en el mundo actual.

En la jornada del sábado, entre los ponentes, el experto Juan Martín Velasco ha afirmado que, en Occidente, la mística está viviendo “momentos de auge” de la mano de tradiciones y métodos orientales como el zen, la meditación, el mindfulness u otras formas que, de alguna manera, ponen en diálogo la espiritualidad en general con la espiritualidad cristiana y es en este marco en el cobra importancia “clave” la educación, ha expresado.

Velasco también ha planteado la pregunta de si la mística tiene hoy lugar en la educación, aspecto acerca del que ha defendido que, “tras la actual situación de crisis del cristianismo en los países occidentales” y el “fracaso de las sucesivas iniciativas pastorales” para responder a ella, es “necesaria” una “verdadera conversión pastoral”, centrada en el desarrollo de la dimensión mistagógica de todas las acciones de la Iglesia.

Este curso es el primero del año que celebra la Cátedra Enrique de Ossó tras la conmemoración del V centenario del nacimiento de Santa Teresa, con el objetivo es reflexionar sobre la dimensión educativa y humanizadora del teresianismo.