La propuesta de la asociación ecologista se ha planteado tras las medidas tomadas por Urbaser, la empresa que gestiona las instalaciones, en relación con el tendido eléctrico, que el Colectivo Azálvaro ha valorado, pero que ha considerado insuficientes por el número de aves necrófagas muertas registrado.

Según el colectivo, las prospecciones de la patrulla de vigilancia ambiental en la zona han constatado desde hace años la “alta incidencia” de electrocuciones y colisiones de buitres y otras aves en el tendido eléctrico de las instalaciones, algo que “tiene una relación directa” con el “efecto de atracción” que provoca en los animales la zona de rechazo, con “grandes concentraciones de especies protegidas en busca de alimento”.

Hasta esta zona se desplazan milanos reales, buitres negros y leonados, cigüeñas blancas y córvidos, ha indicado el Colectivo Azálvaro, desde donde han reconocido la disposición a tomar medidas por parte de Urbaser, que ha concluido, días atrás, trabajos de corrección de la línea eléctrica.

Animales muertos
No obstante, la organización ha señalado que el peligro en esta planta es de tal “magnitud” que el método de tratamiento de los residuos produce una “constante y grave afección” en lo que a ahogamientos o intoxicaciones por ingesta de plásticos se refiere.

De hecho, han revelado, hace un mes, “a pocos metros del vertedero”, se produjo “una de las mayores mortandades simultáneas de buitres negros, con seis cadáveres localizados.

Ante esta situación, el Colectivo Azálvaro ha propuesto una serie de medidas correctoras de urgencia, como la posibilidad de alejar a las aves del CTR usando drones, que producirían un efecto disuasorio. También han planteado una gestión “eficaz” de las áreas de alimentación suplementaria (muladares) en Segovia y Ávila, que ofrezca alternativas de alimentación específica para ciertas especies.

Esta asociación ha determinado que “sólo un cambio en los métodos de gestión de los residuos puede conllevar la eliminación de las afecciones” que produce el CTR, por lo que una alternativa podría ser el prensado de los residuos, para su almacenamiento, en “balas de alta densidad”, lo que imposibilitaría el acceso de las aves necrófagas a los materiales nocivos que siguen ingiriendo.

Esto, a su juicio, debería unirse a un “cambio imprescindible de mentalidad”, mediante campañas de información sobre cómo reciclar correctamente.

Recientemente Ibredrola instaló medidas disuasorias en los tendidos situados en torno a este centro de residuos.