A sus 34 años acumula una historia de superación que le ha permitido practicar este deporte a pesar de contar con una discapacidad del 90 por ciento. Se llama Juan Manuel Vicens, es la primera vez que acude a esta feria, acompañado de su inseparable Draco, un bretón español al que ha adiestrado para que le  recoja las piezas, los cartuchos, la riñonera o incluso el teléfono móvil.

Perteneciente a una familia de cazadores, a los 16 años se cayó al vacío desde una torre de alta tensión al sufrir una descarga, que le provocó una lesión medular que le dejó parapléjico y en la que perdió el brazo izquierdo y quedó con una discapacidad del 75 por ciento en la mano derecha.

Volver a salir al campo le ha costado un “tremendo afán de superación”, según reconoce, junto a una fuerte preparación física haciendo músculo en el  gimnasio, y así poder hacer frente al peso del arma y su retroceso. La escopeta tiene la empuñadora adaptada, se la ha aligerado el paso y cuenta con un trípode para disparar mejor.

Ahora es de los participantes de esta feria, que reúne el fin de semana a 1.500 perros y decenas de cazadores llegados desde Castilla y León, Castilla-La Mancha, Madrid, Extremadura, Andalucía y Portugal.

Berrocaza ha comenzado con el primer trofeo de caza con arco al vuelo, una modalidad poco practicada en España, con la presencia de la pareja campeona en nuestro país: Pedro Antonio Fernández y Antonio Morado, de Don Benito (Badajoz).