A las tradicionales vistas nocturnas desde lo alto del privilegiado mirador que es el altar del castro, se unió el concierto del grupo Badut, música celta con dulzaina, y la tradicional representación teatral del grupo de Solosancho dirigido por Pilar Rodríguez, que en esta ocasión contó una historia de replicantes de un tiempo futuro que llegaban a la época habitada de Ulaca.

También se observaron desde lo alto los relámpagos de tormentas a lo lejos. Mucho después de terminar y de que todo el mundo hubiera bajado de Ulaca, el antiguo poblado recibió una descarga de una gran tormenta, a las 2,30 horas de la madrugada.

Los aplausos en la primera noche de 'Luna celta' fueron para los músicos, para los actores y para los trabajadores y voluntarios de la organización, que en 35 minutos bajaron y subieron al pueblo para cambiar un generador que había fallado, aparte del dispositivo desplegado para que el evento se desarrolle sin problemas, entre ellos los que van indicando el lugar por donde bajar e incluso dan la mano en los lugares más dificultosos.