Eso, a su juicio, puede dar lugar a desviaciones y resultados “nefastos”, ha señalado, antes de intervenir en el curso de verano de la UNED dedicado a ‘Paz y concordia en la Edad Media’.

El también profesor de Historia Medieval de la UNED, José Manuel Rodríguez, ha recordado, en este sentido, cuando George W. Bush hablaba de “la cruzada contra el Islam”, para resaltar que “es muy peligroso el uso de las palabras”, porque “da pie a que los extremistas del Islam hagan lo mismo”.

“De hecho –ha añadido-, el Estado Islámico (IS) y algunos académicos, en los años 70, veían Israel como un sucedáneo de los estados cruzados” y “su propaganda es echar a los cruzados de Tierra Santa, pero no tiene que ver, porque los judíos no se consideran cruzados para nada”.

Elemento pacificador
En este marco, a juicio de Barquero, “lo mejor” que puede hacer la Iglesia es constituirse en un “elemento pacificador” o, en todo caso, “intentar influir, nunca intervenir directamente, en pro de la paz”. “De lo contrario, se puede incurrir en una extralimitación y dar lugar a resultados nefastos”, ha añadido.

Para Rodríguez, no obstante, “siempre que hay religiones monoteístas” es “complicado” encontrar la paz, a lo que hay que añadir motivos económicos, políticos o sociales. También influye, ha resaltado, si una zona es “multicultural”, con presencia de cristianos, ortodoxos, chiítas, suníes…

Guerras no infinitas
Rodríguez ha intervenido en el curso con una ponencia titulada ‘Era posible la paz en Tierra Santa’, mientras que Barquero ha hablado de ‘La paz de Dios y la tregua de Dios en los siglo X y XI’, para referirse, en el caso de la “Tregua de Dios” al movimiento que impulsó acciones de paz como la que prohibía, bajo pena de excomunión, ejercer la violencia “de jueves a domingo, en días festivos señalados para una población y en fechas como Navidad, Adviento o Cuaresma.

Por su parte, el codirector del curso, José Miguel López Villalba, profesor titular de Historia Medieval, Ciencias y Técnicas Historiográficas de la UNED, ha destacado que las guerras “no pueden ser infinitas”, por lo que, en los momentos de mayor tensión es cuando se ha buscado la paz, con el fin de poder continuar con la vida “normal” de los pueblos y “seguir avanzando económica y científicamente”.

El curso abordará a lo largo de esta semana esas concordias y tratados que, “muchas veces, se hacían de forma provisional, pero servían para ir diluyendo el ambiente bélico”.