Según el presidente de la Federación de Caza de Castilla y León, Santiago Iturmendi, hay muchos sectores "anticaza", quienes no quieren que se practique la caza "porque no les gusta por criterios que no son democráticos", ha manifestado en la asamblea celebrada en Ávila.

"A nadie le obligan a cazar, pero la caza es una actividad reglada y nosotros tenemos derecho a cazar", ha manifestado, reivindicando el derecho a practicar la actividad cinegética "sin tener que pedir perdón a nadie por ser cazadores, ni tener que solicitar 'por favor' a nadie para poder cazar".

Aparte de esto, la falta de relevo generacional por la mala imagen, y la crisis económica, son factores de la caída del número de cazadores, según Iturmendi. Los federados han bajado de los 22.000 del año 2005 a los 16.000 de ahora.

Demagogia

Achaca la falta de relevo generacional a que la actividad cinegética se encuentra "demonizada y mal vista por la sociedad" por culpa de que "sobre todo ciertos medios hacen muchísima demagogia", pero quiere destacar que la caza es "un elemento regulador de las poblaciones de animales", como reconoce "la clase científica rigurosa".

Los efectos de la crisis se notan porque "la gente mayor ha ido colgando la escopeta", que unidos a los precios de las licencias que hay que renovar cada año, junto a la escasez de caza, ayudan a reducir el número de quienes la practican.

Por otra parte, el presidente de los cazadores de Castilla y León ha lamentado que la relación con la Federación Española de Caza se encuentre "prácticamente rota" después de las elecciones de 2012 que se repetirá por decisión de la Audiencia Nacional.

Iturmendi ha dicho que en 2016 se cumplen los dos mandatos a los que se comprometió en la federación, por lo que espera un "relevo generacional", aunque podría seguir si la asamblea dice "muy alto" que repita.

Premios
Tras la asamblea se ha celebrado la fiesta de la caza, en la que se han entregado distintos reconocimientos, como la insignia de oro, la mayos distinción que concede la entidad, que ha sido para Juan Antonio Sarasketa, presidente de la Oficina Nacional de la Caza, por "su excelente disposición hacia la federación y su trabajo en la defensa y promoción de la actividad cinegética".

Las placas de reconocimiento las han recibido Gregorio Blázquez Jiménez y Ángel Pérez Barroso, en agradecimiento a su entrega y dedicación a las actividades de la Delegación Provincial de Ávila.

El Club Deportivo de Cazadores Abulenses, el más antiguo de la provincia de Ávila, ha sido reconocido en la persona de su presidente, Manuel Cardo Peláez, por su constante promoción de las actividades deportivas de caza; mientras que el Club Deportivo Tordesillano de Cazadores, y en su nombre su presidente, Iván Calles Delgado, por su excelente disposición y colaboración en las actividades promovidas por la Delegación Provincial de Valladolid.

El maestro cetrero de referencia en Castilla y León, Ernesto Madejón Sáiz, también ha sido reconocido por su trayectoria.