De casi un metro de altura durante la floración y habitante de zonas muy húmedas, junto a ríos, esta planta fue descrita por primera vez por dos botánicos franceses, en torno al año 1890. Ellos la descubrieron en el pinar de Hoyocasero, donde se encontraba extinguida, aunque su presencia había sido catalogada en otras zonas de la provincia, como las sierras de Villafranca y Gredos o el Valle de Iruelas.

De hecho, la zona de La Herguijuela concentraba en torno al 50 por ciento de la especie, que en 2007 fue catalogada “en peligro de extinción”.

Ante esta situación, en 2014, se inició un proyecto para su recuperación, en una iniciativa en la que han colaborado las universidades de Salamanca (USAL), a través del Instituto Hispanoluso de Investigaciones Agrarias, y la Politécnica de Madrid. También se ha contado con la Fundación Patrimonio Natural de la Junta y la Fundación La Caixa.

Microreservas

El proyecto ha servido de la creación de microreservas en el pinar de Hoyocasero, de una gran riqueza florística, en las que se han plantado doscientos ejemplares, que en su mayor parte se están reintroduciendo ya en otras zonas, hasta el punto de haber conseguido duplicar la población.

La iniciativa, que se desarrollará hasta 2017, incluirá un plan de conservación, caracterización del hábitat y zonas potenciales, entre las que se quiere incluir la zamorana de Sanabria, con el fin de reintroducir esta especie también allí.

Según el director del Parque Regional de la Sierra de Gredos, Nicolás González, “interesa tener la especie en cuantas más zonas mejor”, para garantizar su conservación y estudiar sus factores de conservación.