Lo apoyan UGT y Sigen-USO, mientras que CCOO se ha descolgado, al considerar que hay una “pérdida muy grande” de poder adquisitivo, mientras que para el sindicato ugetista es “el mejor posible”.

El preacuerdo permitirá que la empresa se ahorre un millón de euros anuales y, a cambio, se congelan los salarios durante este año y 2016, los mismos de la vigencia del convenio, y se establece una doble escala salarial. También se evitan despidos y traslados forzosos y se prevé la reincorporación de los once –más otros cuatro desplazados- trabajadores pendientes de regresar que se vieron afectados por un expediente de regulación en 2010.

El fabricante japonés de vehículos, según fuentes de la empresa, considera que el preacuerdo garantiza el futuro de la factoría, mientras que el portavoz de la sección sindical de UGT y expresidente del comité, Iván Zazo, ha admitido, en la asamblea celebrada ante un centenar de trabajadores de la planta que ha tenido lugar este miércoles por la tarde, que “el acuerdo no es bueno, pero es el mejor, porque garantiza los puestos de trabajo”.

Carga de trabajo

Aunque el preacuerdo “no es el idóneo”, según Zazo, sí garantiza nueva carga de trabajo para veinticinco personas, que llegará con los largueros procedentes de Barcelona.

Además, se podrán reincorporar los trabajadores afectados por el ERE de 2010, aunque sólo en el momento en el que se mantenga un volumen “alto” de producción. Para ellos, además, se prevén dos contratos consecutivos de seis meses antes de ser indefinidos y se mantiene una indemnización de cuarenta días en el caso de que no se les renueve.

Estos empleados tampoco podrán incorporarse antes de las prejubilaciones previstas, que dejarán la plantilla en unas 470 personas, de las 493 actuales. A ellas, se sumarán las procedentes de las bajas incentivadas que se van a promover una vez refrendado el preacuerdo.

El objetivo inicial pasa por alcanzar las 17.000 unidades anuales de producción, aunque las previsiones de los sindicatos apuntan a que este año fiscal se mantendrá “en torno a 14.000 o 15.000 unidades”, con 64 unidades diarias.

Vuelta a la calle
En el caso de que no se refrende el preacuerdo el viernes, Zazo no ha descartado que la plantilla se vuelva a “echar a la calle”, además de verse obligados a reiniciar las negociaciones.

Al respecto, CCOO, organización que preside el Comité de Empresa gracias al apoto de Sigen-USO, ha afirmado que los sindicatos firmantes han cedido en “casi todas las pretensiones” de la empresa, como que el aumento de las jornadas no esté compensado, se eliminen los seguros médicos o no se fije una fecha para la reincorporación de los afectados por el ERE, además de que su contratación no sea indefinida.

CCOO, que ha convocado una asamblea para el jueves, ha considerado que el preacuerdo es “inasumible”, porque supone una pérdida “muy grande” de poder adquisitivo, “no proporcional con las concesiones hechas”, además de afirmar que la dirección ha “despreciado” la plataforma unitaria del comité.