La Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico y el Cabildo Catedralicio actuarán conjuntamente en estos trabajos, que está previsto comiencen a finales de mayo o principios de junio y que buscarán reparar los daños producidos por el agua y los bruscos cambios de temperaturas en la fachada, del siglo XVIII.

El arquitecto director de la obra, Joaquín García, ha señalado que se actuará en tres niveles, comenzando por la colocación de una cornisa que impida que el agua moje directamente la débil piedra con la que está construida la portada, una dolomía “con mucho yeso y muy mala que, además, no responde a tratamientos químicos”.

Impermeabilización
En segundo lugar, se impermeabilizará la terraza superior y se facilitará el acceso para evitar las humedades que actualmente se filtran hacia la fachada y, finalmente, se recuperará el valor que acumula la portada, en la que se resume la historia del monumento.

En esta actuación, se recuperará la tracería calada del tímpano de la fachada que realizara Juan Guas en el siglo XV, considerada un ejemplo “único” en catedrales de Castilla y León”.

En cuanto a las esculturas de las hornacinas, que tuvieron que ser retiradas por el precario estado en el que se encontraban, se ha determinado mantenerlas en el interior del templo, para protegerlas y evitar un mayor desgaste. Estas estaturas fueron retiradas hace tres años y se muestran al público desde 2013.

La actuación, según ha explicado la consejera de Cultura y Turismo, Alicia García, responde a la colaboración público-privada impulsada por la Junta. También ha destacado, entre las actuaciones que se realizarán en el edificio, la monitorización del edificio, en cuyos sistemas la Fundación Santa María la Real es “pionera” en España, para la conservación preventiva del patrimonio.

Quitar redes

La intervención supondrá, así, retirar las redes de protección que, ha detallado el deán de la catedral, Fernando Gutiérrez, tuvieron que colocarse hace un año y medio, tras un estudio que alertó del peligro de desprendimientos de la piedra.

Según el deán, la portada está diseñada “como si fuera un retablo de madera”, aunque construido en piedra, por lo que no estaba preparada para los bruscos cambios de temperatura que se registran ni la piedra es la adecuada, porque no es el granito típico de la zona.

Todo ello ha provocado que la portada actual, del siglo XVIII, realizada por Ceferino Enríquez de la Serna, presente una degradación “bastante importante”.

Esta portada sustituyó a la de Juan Guas del siglo XV, que, a su vez, había provocado el traslado de la fachada de los apóstoles que aquí se encontraba a la entrada norte de la seo.

La intervención se suma a los 170.000 euros dedicados por la Junta a varias vidrieras, que tras su restauración desde finales de 2014 ha permitido mejorar la iluminación del interior de la catedral.