Aunque la tradición señala que deben ser mozos que se vayan a casar en el año, como no se encuentran todos los años a cuatro que vayan a cumplir con este requisito sólo uno en esta ocasión ha cumplido con él, Juan Jiménez, de 33 años, que se casa el 1 de agosto.

A los 16 años fue la primera vez que pudo llevar la imagen de la virgen a hombros y desde entonces han sido “varias” las veces que la ha portado, un hecho que no volverá a repetirse en el baile, pues en el momento en el que los mozos se casan son excluidos de la tradición.

Junto a él, han estado, este año, Álvaro Tejerina, Tomás Enríquez y Manuel Mangas, que han bailado a la virgen al son de la gaitilla y el tambor entre la glorieta de las Teresas y la que lleva el nombre de la virgen protagonista, Las Vacas, junto al Arco del Puente Adaja.

Con el público bailando, cantando y gritando olé durante todo este trayecto, la procesión con la virgen ha comenzado a las nueve de la mañana, momento en el que ha partido de la ermita para recorrer hasta una veintena de iglesias, capillas y conventos.

Recorrido incompleto
Hay en ese recorrido excepciones como el Hospital Provincial, donde la virgen visita la  capilla, y el Archivo General Militar, antigua Academia de Intendencia, donde entra por ser la academia hermana honoraria del patronato. Allí, cuando existía la academia, se la recibía en formación y con honores militares, ha explicado el archivero del patronato, Vicente Martín.

Hasta ese momento, Nuestra Señora de Las Vacas pasa, tras salir de su ermita y pasar por el Hospital, por Santo Tomás, la capilla del instituto La Milagrosa, San José o Las Madres, las Adoratrices de la calle Duque de Alba (frente a Las Nieves) y el Humilladero.

Desde aquí, se dirigieron a La Encarnación, donde también reponen fuerzas y parten coincidiendo con el mediodía, y se encaminan a San Martín y Santa María de la Cabeza hasta llegar a la glorieta de las Teresas, donde empezó el baile. Una vez concluido, sus siguientes destinos son San Esteban, el Archivo General Militar, Mosén Rubí, San Juan, San Pedro –por estar la ermita adscrita a esta parroquia-, La Magdalena, Nuestra Señora de Gracia y Las Vacas.

Este año, sin embargo, las paradas en Mosén Rubí, San Juan y Nuestra Señora de Gracia no se han podido efectuar, por ser estos tres templos sedes de Las Edades del Hombre, por lo que la procesión ha entrado, en su lugar, en el Convento de La Santa, donde ha permanecido hasta las cinco de la tarde.

Tradición
Aunque no existen documentos que refieran desde cuándo se baila a la virgen, el archivero del patronato ha señalado que es una tradición que viene celebrándose, al menos, desde “hace 120 ó 130 años”.

Según los testimonios recogidos, el baile con la imagen junto a la muralla comenzó a hacerse porque en la zona donde se ubica la ermita apenas había población, de modo que el día de la fiesta, la imagen se trasladaba a la iglesia parroquial de San Juan Bautista y se decía misa a las 12.

Al no haber apenas gente, la procesión iba muy rápido, por lo que comenzaron a visitar otras ermitas e iglesias en su recorrido y a ir bailando, para no ir con tanta prisa; el pasodoble llegó después y fue tal el éxito que se quedó, aunque únicamente suena, con la gaitilla y el tambor, en el trayecto junto al lienzo norte.