Los trabajos comenzarán en otoño y durarán siete meses, con lo concluirán para la festividad del patrón de la ciudad, el 2 de mayo, el año que viene, según ha dicho la consejera de Cultura y Turismo, Alicia García, que ha visitado la ermita, coincidiendo con la publicación este viernes en el Boletín Oficial de la Castilla y León del anuncio de licitación de los trabajos.

La ermita ha contado con restauraciones desde la mitad del sigloi pasado "de manera bastante continua", pero ahora tiene "una gran necesidad" de mejorar las cubiertas. "La idea es que las obras comiencen en otoño, y tras un plazo de siete meses de ejecución, lo ideal es que para el próximo 2 de mayo estén finalizadas las obras", ha señalado.

La Consejería de Cultura y Turismo ha actualizado la información disponible sobre el monumento mediante un proyecto que recoge todas las necesidades del edificio que, desde 1950, ha sido objeto de numerosas obras de restauración y reparación.

Deficiencias en las cubiertas
Las obras afectan a las cubiertas de la ermita y de la crujía del convento de Carmelitas, ya que en estos espacios se han detectado una serie de deficiencias como la excesiva deformación de los pares del colgadizo de la nave del Evangelio, debido a sus mayores luces y al peso de la capa de compresión existente bajo el tejado, además de la deformación de los pares del colgadizo de la nave de la Epístola por el peso de la capa de compresión existente bajo el tejado, así como la falta de planeidad en la envolvente del conjunto y de estanqueidad de la cubierta en su conjunto para que sea correcta la evacuación de las aguas pluviales.

El proyecto técnico indica que se llevará a cabo el desmontaje y eliminación del peso excesivo en los faldones de la iglesia y de la nave de los Carmelitas Descalzos; junto al refuerzo y reposición de entablado y tejado, y la reparación del remate del hastial occidental.

Futuras obras
Para una segunda fase de restauración en la ermita ya hay planes, según el delegado para el Patrimonio Cultural, Óscar Robledo. La idea es "intervenir en una zona ahora deshabitada y vacía en la parte norte de la iglesia, un espacio que hemos denominado el antiguo hospital o convento".

La intención es la de "crear una división horizontal para conseguir espacios que se pueden utilizar culturalmente y también para el uso de la propia ermita por parte de la cofradía o el cabildo como lugar de acogida o de exposiciones", además de la consolidación de muros y estabilización de los arcos, "ya que los contrafuertes denotan que hay un movimiento de los arcos que hay que estabilizar también".