A esta y otras preguntas da respuesta Mario Escobar en su libro ‘La mujer de lo imposible’, una biografía sobre la Teresa que hubo bajo el hábito.

“Quería accesible al lector del siglo XXI la vida y las circunstancias de una santa del siglo XVI”, ha indicado el autor, que ha presentado en Ávila -en la primera actividad del Día del Libro- esta biografía en la que llama la atención sobre la persona “hogareña, familiar” y “muy apegada a su gente y a su tierra” que, a su juicio, era Teresa de Cepeda y Ahumada.

Atraído de siempre por personajes que “rompen cánones”, Escobar ha imaginado a una Teresa que decidió hacerse religiosa pero “nunca se conformó solo con eso”, para lo que se valió de la oración y de su deseo de cambiar, de modo que “empezó reformando una orden religiosa y acabó reformando un imperio”.

Reforma de la sociedad
Para el autor de ‘La mujer de lo imposible’, la sociedad actual “necesita una reforma a todos los niveles”, incluido el espiritual, de modo que Santa Teresa puede ser un ejemplo, porque “consiguió revolucionar” su época a través de la humildad que mostraba en su propio carácter y en su manera de vivir.

El autor ha defendido la pertenencia de la santa a “un clan”, como era su numerosa familia, que estaba “muy unida”, de modo que ella utilizó ese sentimiento de unión para su reforma, pues ella consideraba que el Catolicismo era, “ante todo, una familia”. Así, “su orden religiosa iba a ser también una familia unida”.

Con una perspectiva “más humana” y “personal”, Escobar describe a una Teresa que se consideraba “mala monja”, pero que al final consiguió “vencer” sus inseguridades y miedos para terminar reformando la orden en la que ella entró.