La congelación se produciría siempre que el incremento del IPC no supere el uno por ciento, algo que ya se ha producido en 2010 y 2014, ha explicado Rubén Zazo, presidente del comité, que también ha propuesto aumentar la flexibilidad de 36 a 40 días con el mismo dinero que se viene percibiendo por los sábados trabajados desde el año 2003, con excepción del segundo sábado mensual o el quinto anual. De esa forma, se limitaría la flexibilidad a casos puntuales, sin perjudicar la posibilidad de crear empleo.

Además de estas medidas, el comité ha propuesto una doble escala salarial para nuevas contrataciones en los cinco primeros años e incrementar las subcontrataciones del 17 al 20 por ciento, entre otras que la dirección no ha admitido.

Esfuerzo

Para Zazo, la postura de Nissan contrasta con el "esfuerzo" que están dispuestos a realizar los empleados de la factoría, pero que “no han valorado”.

"Una de las parte se arriesga a ceder", pero la otra "no hace movimientos" y se limita a "imponer y no querer negociar", ha reprochado el presidente del comité, quien ha asegurado que las posturas entre ambas partes se encuentran muy alejadas en estos momentos.

Reducción de costes
En la última reunión mantenida antes del descanso de Semana Santa, la dirección de Nissan planteó una reducción en el coste de producción de los vehículos de 1.500 euros por unidad, de los que 143 los costearían los trabajadores con su sueldo.

El fabricante japonés de vehículos alegó que el margen de beneficio del modelo F91G, el último adjudicado a la planta, es “muy reducido”, por lo que se deberían abaratar los costes de producción para competir en mercados donde los vehículos son más baratos.

Por otra parte, la dirección ha estimado el coste del personal subcontratado en 22.000 euros por trabajador, de modo que los 80 trabajadores subcontratados tendrían un coste de 1,8 millones de euros, que Nissan ha planteado asuma también la plantilla.