Organizado por la Asociación Sociocultural Casa Copérnico, que agrupa a los polacos residentes en Ávila, el taller se ha centrado en una tradición que tiene lugar en la Semana Santa polaca, en cuyo marco también se realizan ramos para los que se utilizan flores, plantas secas y teñidas y espigas de trigo, que simbolizan la resurrección de Jesús y la inmortalidad del alma.

En Polonia, el Viernes Santo es un día muy intenso en preparativos, especialmente, en la decoración de huevos, pero también en la elaboración de pasteles y comidas.

Los huevos de colores no pueden faltar en la mesa el Domingo de Resurrección ni en las cestas que se lleva el Sábado Santo a la iglesia para bendecir.

Con diferentes nombres, en función de la técnica que se utiliza para su decoración, los huevos de Pascua antes se decoraban con tintes naturales, extraídos de la corteza del roble (negro), la cáscara de la cebolla (ocres), la hierba (verde) o la remolacha (rosa), aunque hoy se emplean colorantes artificiales que han ampliado la gama cromática.