“Especialmente difícil” es la situación que se vive en Irak, con la “proliferación” de ataques del autodenominado Estado Islámico (EI), ha afirmado García Burillo, quien ha mostrado su preocupación por los ataques a los fieles que se llevan a cabo “rutinariamente”  en algunos estados.

Los “miles” de refugiados en Siria, el rapto de niñas y la quema de escuelas e iglesias por Boko Haram en Nigeria, la prohibición de manifestar públicamente la fe cristiana en Arabia Saudí o las sentencias de muerte contra misioneros y sacerdotes en Pakistán, sin olvidar los 21 cristianos coptos asesinados en Libia recientemente son algunos de los hechos sobre los que ha llamado la atención.

También el prelado ha lamentado la destrucción, en las últimas semanas, de un valioso patrimonio cultural, con la quema de mezquitas en Mosul o la destrucción de la tumba del profeta Jonás o de los tesoros milenarios de Nínive.

Así, García Burillo ha llamado a la comunidad internacional a “dejar de mirar para otro lado” y “tomar las medidas necesarias” para “detener el martirio” que las personas sufren por el hecho de confesar su fe cristiana.