Con sol, una temperatura agradable y condiciones de viento adecuadas para el aterrizaje de las tres aeronaves, Melchor dijo llegar "un poco mareado" de la avioneta, aunque los síntomas se le quitaron "al ver el recibimiento multitudinario" que le habían preparado los niños. El rey destacó las vistas observadas desde el cielo de Ávila y del Valle Amblés.

En el segundo año que llegan por el aire a este lugar, muchos de los niños han llegado a esperar dos horas, tiempo que han podido pasar entre castillos hinchables y juegos, en una iniciativa preparada por el Aerotraining Club de Vuelo en Ávila y la Mancomunidad Valle Amblés, y que ha recibido a unas 1.200 personas en el aeródromo.

Los magos han viajado, cada uno acompañado por un piloto, a bordo de sendas avionetas Tecnam 92, Tecnam Sierra y Eurofox, que aterrizaron sobre las 13 horas en una de las cuatro pistas del aeródromo. Antes de aterrizar dieron dos pasadas a baja altura saludando, para luego descender de las aeronaves y ser aclamados por los niños.