Fue al final del pleno, en el turno de ruegos y preguntas, cuando el edil planteó a Miguel Ángel García Nieto apartar “el respetable símbolo del crucifijo, que tan ostensible preside esta asamblea”.

Y es que, desde su punto de vista, “en el Ayuntamiento y en el salón de plenos no tiene sentido la presencia de símbolos, más allá de aquellos que representan la democracia que la ciudad ha pactado”, ha apuntado Chamorro.

En sede municipal, ha expuesto,  “se ritualiza un pleno donde los representantes políticos y los ciudadanos asistentes personifican, con su voz, las diferentes ideas y acciones que quieren para su ciudad”.

Además, ha recordado, hay días en los que en este día “se representa y ritualiza un matrimonio civil en el que la religión de los contrayentes, si la tienen, se significa con sus modos propios, si así quieren manifestarlo”.

También ha señalado que en el “acuerdo social” que supone la democracia “se pactó que la faceta religiosa se contiene en el ámbito de la privacidad del ciudadano y dentro de las ligas que forme con los otros”.

Según Chamorro, “cuando su manifestación a los demás la quieran hacer pública, pueden hacerlo con libertad en aquellos ámbitos propios o de su grupo, creados expresamente para ello”.