Con 65 metros cuadrados, el dispensario acoge una sala de curas, otra de hospitalización y una dependencia de recepción para los socios y visitantes, aparte de que otra dependencia podrá acoger en el futuro un quirófano.

Sin contar con el equipamiento, el dispensario ha contado con un presupuesto de 67.000 euros gracias a aportaciones de asociaciones, particulares y empresas, como el Rotary Club y Mars.

Desde Alemania
La partida más destacada ha llegado de una "asociación amiga" de Alemania, Podenco in Not, que se dedica a proteger a galgos y podencos españoles, ya que "consideran que es la raza más maltratada y denostada al considerar que no son animales de compañía", según la presidenta de Huellas, Isabel Martín.

Ha agradecido las pequeñas aportaciones recibidas, así como las del arquitecto, aparejador y constructor del dispensario, socios y, sobre todo, la labor de los jóvenes voluntarios.

La utilización del dispensario no supondrá que no acudan a las clínicas veterinarias, a las que recurrirán para los casos más graves.

Gatos
La asociación mantiene en su refugio de animales abandonados a 190 perros, si bien la presidenta ha advertido que ahora "los gatos empiezan a ser un problema" por su proliferación y del que "nos tenemos que ocupar".

"Hay que controlar su población porque hay demasiados gatos callejeros", lo que ha achacado a su facilidad de reproducción pero también al "aumento de abandonos".