Así lo han puesto de manifiesto en una asamblea de trabajadores celebrada en el Auditorio de San Francisco, en el que ya se hablado de plantear movilizaciones: "no vamos a pasar porque haya destrucción de empleo".

El presidente del comité, Iván Zazo, ha explicado que son 50 los despidos porque la empresa "dicen que no le hacen falta para mantener su actividad productiva y el volumen de producción de 13.000 unidades durante dos años".

Otros 80 trabajadores "serían despedidos y subcontratados, para contratarlos de una manera mucho más precaria", para hacer trabajos de "todo lo susceptible de contratar", como estuvo antes, tales como el movimiento de materiales, almacenes, limpieza y tareas de mantenimiento general.

A esto se suman 17 trabajadores que fueron despedidos en 2010 y que tenían pactado el reingreso en la empresa, de los que Nissan quiere "desvincularse". De hecho, se les ha dicho que se les iba liquidar el acuerdo en la reunión mantenida por la mañana, y por la tarde la empresa cambió de idea y anunció que se les ofrecería recolocarlos en Barcelona "con el salario que tenían en Ávila".

Incumplimiento

"Esto no es lo que se había hablado en día y Nissan vuelve a incumplir sus compromisos", ha denunciado Zazo, que ha recordado como en la presentación del camión NT500 celebrada en febrero, el consejero director general y vicepresidente de las Operaciones Industriales de Nissan en España, Frank Torres, pecó de "excesivo optimismo".

"Ahora se confirma que nosotros éramos más realistas, y que todo este tiempo se debía de haber producido más carga de trabajo, ya que ya avisamos que esta situación de podía dar porque el vehículo nuevo" no tiene fuerte implantación en el mercado. "Pero también pensábamos que la compañía iba a asumir sus compromisos e iba a poner trabajo encima de la mesa y no llegar a estos extremos", ha añadido.

La flexibilidad que plantea la empresa se refiere a que si hay que contratar a más trabajadores, a los nuevos se les aplique "una doble escala salarial".

Ritmos de cadena
También se plantea una congelación salarial durante los dos años de vigencia del plan de competitividad, aumentar en cuatro días al año la jornada laboral e incrementar "los ritmos de cadena": "muchas cosas -ha resumido- que dábamos por sentado y que, con un convenio de referencia que consensuamos en 2010, y creíamos olvidadas".

Y es que Zazo ha recordado aquellas condiciones que aceptaron para que la empresa "pudiera llenar de capacidad la planta y y para poder volver a crecer".

Ya en 2010 hubo una "situación traumática y hubo compañeros que pagaron, y no queremos que esto vuelva a repetirse".

La próxima semana Nissan denunciara el convenio colectivo como paso preceptivo para negociar uno nuevo y a la siguiente empezarán a negociar.

"Nuestra idea -ha dicho- es sentarnos, hablar, tratar de dar solución a los problemas como siempre en esta planta a situaciones muy complicadas y, a partir de ahí, si la empresa no se da a razones y sigue manteniendo este volumen de pérdida de empleo, habrá que tomar otro tipo de acciones".