Ha sido el presidente de la Diputación, Agustín González, y la alcaldesa, María Jesús Pérez Rivero, quienes lo han descubierto en una jornada en la que se habló de la figura de este rey de Castilla y Toledo que, conocido por la batalla de Las Navas de Tolosa, el destino le llevó a morir en este pequeño pueblo.

Precisamente el camino que recorría entonces, entre Burgos y Plasencia, y que concluyó en Gutierre-Muñoz, está reflejado en la obra 'Alfonso VIII. Historia de una voluntad', del historiador Augusto Bruyel, quien glosó aquel trayecto; mientras que Ricardo Guerra, cronista de Arévalo, hizo una referencia histórica a la localidad; y Luis Borreguero y Agustín López, ambos investigadores vinculados al pueblo, detallaron aspectos del aquel monarca con un amplio reinado de 55 años.

A primera hora de la mañana del domingo, varias decenas de personas rememoraron la última legua del recorrido del rey por la Calzada Real de Toledo, y convocados por la asociación cultural  La Alhóndiga y el club de senderismo Los Pinares realizaron el trayecto desde Arévalo.

Gutierre Muñoz muestra, desde el 22 de agosto y hasta el 30 de octubre, una exposición dedicada a Alfonso VII en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.