Más de medio millar de personas acudieron el sábado a visitar el castillo, aprovechando que sus propietarios lo abren una tarde por segundo año.

Cuenta Fernando Llopis que cuando su padre, Estanislao, aficionado a las antigüedades y a los castillos, lo adquirió dijo: "mientras otros compran un apartamento en Benidorm yo compró piedras en Castilla". Entonces el recinto eran muros y cubiertas, abandonado años antes tras haber vivido en él tres familias.

Llopis y su familia mostraron con orgullo un recinto al que su padre dio vida "poquito a poquito" con muchos elementos, muebles y objetos que rememoran el pasado del castillo del Duque de Montellano, que se supone fue mandada a construir por Rodrigo de Valderrábano, regidor de Ávila, del cual queda constancia en un escudo situado en la torre.

"Aquí lo que hay es mucha imaginación", dice orgulloso el propietario cuando muestra las estancias, desde un lagar con todos los útiles recuperados en el mismo pueblo, a grandes estancias de tono medieval con  una generosa chimenea o vigas que imitan a las originales: "una decoración con mucho cariño y esfuerzo".

Descartada dar una utilidad comercial al fortín, el propietario confiesa utilizarlo para "invitar a los amigos" desde la primavera después de limpiarlo a fondo todos los años, que es -reconoce- lo más costoso de ser señor de una fortaleza.

El presidente de la Diputación, Agustín González; el alcalde de Narros de Saldueña,. Jesús del Oso; y otros regidores de la zona conocieron el sábado el interior del castillo mudéjar que se levanta en La Moraña con su única torre de planta rectangular.