La atención se realiza desde un centro especial de empleo de Oviedo, adonde llega la llamada del usuario y desde donde se gestiona el servicio, cuya información va a parar a la tableta que el taxista tiene instalada en el salpicadero.

“Según llaman al teléfono, la llamada se desvía a través de la nube a la central de Oviedo, y de ahí a nuestros coches con la posibilidad de escuchar la llamada entera por si acaso falta algún dato”, explica el presidente de Radio Taxi. Miguel Sánchez.

Voz del cliente
El hecho de que el taxista pueda escuchar las propias palabras del cliente que ha demandado el servicio es "algo importante" en el funcionamiento de este nuevo sistema, ya que evita equívocos.

Un ejemplo, "hay bastantes confusiones en Ávila con el nombre de Santa Teresa, puesto que hay una plaza, bares, hoteles, lugares diferentes... entonces por eso es muy útil tener las llamadas enteras del usuario y saber en concreto a qué se refiere".

Como muchos usuarios no detallan la calle y el número sino la referencia de un bar o un establecimiento comercial, en el plano que utilizan en la nube están añadiendo esos lugares para que "sea más fácil enviar a los taxis", señala el presidente de Radio Taxi.

La tableta que maneja el taxista tiene conexión de datos 3G, un administrador de inicio para cada uno e implica que "en cuanto el cliente se baje del taxi, inmediatamente se finaliza el servicio".

Inmediatez
La función del dispositivo supone la optimización de los servicios y, sobre todo, "fomentar la inmediatez", señala Sánchez, que también admite alguna pega para la conducción, cuando "miras el navegador mucho porque no sabes dónde estás, o si se te olvida el servicio…”, pero al poseer el método auditivo de escuchar todos los datos "el riesgo se reduce en un porcentaje muy alto".

Los hoteles que llaman a Radio Taxi para sus clientes ya no tienen que utilizar el teléfono puesto que cada establecimiento dispone de un código que, al introducirlo en internet, automáticamente solicita el servicio.

En los últimos tres meses las llamadas han sido atendidas por los propios taxistas. Eso sucedió tras la finalización del convenio con el Ayuntamiento de Ávila, que servía para subvencionar los empleos a cinco personas con discapacidad de Aspaym, que atendían la centralita del servicio. Los taxistas no pudieron hacer frente al gasto.

Ahora, tras el cambio, echan de menos el típico sonido de la tradicional emisora, sustituida por la tableta. El nuevo sistema, con su programa informático, permisos y licencias, ha supuesto un desembolso de 600 euros a cada taxista.