En esta capilla se encuentra el confesionario de Santa Teresa.

Según el proyecto, en la capilla se limpiará la bóveda de granito rematada con nueve rosetones, al igual que se saneará el mortero de cal del arco y la hornacina de granito, y reintegrará el color y se dará un tratamiento protector de los cuatro escudos de granito.

El tratamiento de los paños repintados con sillares fingidos supondrá eliminar los repintes para devolver el concepto original de los sillares, y se efectuará el reintegro de lagunas llevando los tonos al original.

El cuadro de Santa Teresa será desmontado, limpiado y ubicado en otro lugar para dejar espacio a la colocación del original cuando sea restaurado, y sobre la pintura mural de la parte posterior del retablo se efectuará una valoración de su estado de conservación y dimensiones.

El retablo será sometido a una recuperación actuando sobre sus patologías: la suciedad por impregnación, la pérdidas de algunas piezas sobresalientes, desprendimientos, grietas y acumulación de polvo en zonas horizontales, desplazamiento y desencajado de piezas que origina inestabilidad y debilitamiento producido por el ataque de xilófagos.

Se trata de una pieza de origen desconocido pero atribuida a Gregorio Fernández, una talla policromada del siglo XVII elaborada con madera, lienzo, pintura y pan de oro.