Natural de Ávila, fue ordenado sacerdote a los 25 años, el 16 de marzo de 1957, cuando abordó su primera labor pastoral como coadjutor de Candeleda para el servicio de El Raso y Rosarito. Cinco años más tarde, en 1962, marchó a la localidad francesa de Pamiéres como capellán de emigrantes durante cuatro años.

Luego llegó como ecónomo al ICM, donde luego ejerció como párroco hasta el momento de su jubilación en 2008, poco después de celebrarse el medio siglo de existencia de la parroquia.

Desde el Obispado se destaca como su labor en esta parroquia ha tenido muchos reconocimientos, sobre todo por la “especial dedicación que prestaba a las personas sin recursos, ofreciéndoles una mano tendida, una palabra cariñosa, y abriendo un ropero que ha sido símbolo durante muchos años de la ayuda a los más necesitados”.

En 2008 recibió el Premio a los Valores Humanos del Ayuntamiento de Ávila por su labor “a favor de las personas sin techo y con problemas de subsistencia, además de por sus visitas a los enfermos y por la labor deportiva que promovió desde la pista anexa a la parroquia”.

A la vez, se le homenajeó dando su nombre al Centro Integral de Atención a Mayores inaugurado en abril de 2011 en la zona de la parroquia. En El Raso una de sus calles lleva también se llama Jesús Jiménez Bustos.