Del Miércoles, 15 de Octubre de 2025 al Sábado, 18 de Octubre de 2025
Las mariquitas de Dios
Ya que estamos en verano, estación del año en la que menudean un sinfín de violeros y otros bichos afines, he creído oportuno dedicar este artículo a un simpático insecto, cuya acción benefactora en el control de las odiosas plagas de pulgón es harto conocida por las buenas gentes del campo. Me refiero a la mariquita.
En verdad, estos insectos ocupan un lugar privilegiado entre los animales beneficiosos para la agricultura. El respeto y la veneración que siempre les han profesado los campesinos de nuestros pueblos, les han hecho merecedores del sobrenombre mariquitas de Dios, tal como reza la conocida cancioncilla infantil:
Mariquitita de Dios,
ábrete las alas
y vete con Dios (1).
Aparte de toda la rica variedad de voces con que se conoce a estos insectos en los pueblos del área castellana: mariposita de Dios, ciegalita, santita de Dios, gallinita ciega, perrita de San Juan, zapatera, sanantón, santainés, etc.
Estas creencias que consideran a la mariquita como un animal “bendito”, son antiquísimas y se encuentran arraigadas en diferentes lugares, lenguas y culturas del mundo. Por ejemplo, en inglés es conocida como Ladybird, ‘pajarito de Nuestra Señora’ o God’s Little Cow, ‘vaquita de Dios’, entre otras denominaciones; en francés, como Bête à bon Dieu; en sueco, como Marias Nyckelpiga (2), etc .
A todo esto hay que añadir el sentido simbólico que tiene el vuelo ascensional que emprende la mariquita hacia Dios después de “contar” los dedos del niño (o adulto) que la sostiene en su mano. El concepto del animal como puente de unión entre Dios y el hombre -o si se prefiere, entre el macrocosmos y el microcosmos- es fundamental para entender una creencia aparentemente cristiana que hunde sus raíces en viejos ritos precristianos propiciatorios de fecundidad.
En las llanuras cerealistas, encontramos otro insecto cargado de una simbología opuesta a la representada por la mariquita: el zapatero o judío, que es así como se le conoce en algunos pueblos de La Moraña (Ávila). Aunque este insecto se asemeja en su forma externa a la mariquita, presenta, empero, dos características que lo han estigmatizado dentro del imaginario popular: por una parte, el macabro dibujo a modo de calavera que parecen formar las pintas negras de su cuerpo; y por otra, la supuesta acción dañina que ejerce -–según dicen- sobre los cultivos.
Debido al abuso de herbicidas y al exceso de fumigaciones a las que es sometido el campo, no sólo cada vez son más escasas las mariquitas, sino también otros aliados naturales del agricultor (aguiluchos, aves insectívoras) en su eterna lucha contra las plagas.
En tus manos está, lector, la preservación de estas joyas vivientes de las campiñas españolas.
1. Versión registrada por mí a Fátima Garrido del Pozo (Ávila), de 53 años de edad.
2. Iona y Peter Opie: The Oxford Dictionary of Nursery Rhymes (reed. Oxford: university Press, 1989), núm.296.
rodiez | Martes, 29 de Julio de 2014 a las 17:52:25 horas
Se agradece la sensibilidad para escribir de las mariquititas. Gracias.
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