Esa mañana no habrá misa en ninguna iglesia de la ciudad salvo los conventos.

El delegado diocesano para el V Centenario, Jorge Zazo, ha explicado que será presidida por "alguien" delegado por la Conferencia Episcopal, y ha justificado la elección del Mercado Grande como escenario por la "gran afluencia de peregrinos que se espera" y para "significar de forma especial la apertura del centenario", porque a partir de ese momento "podremos lucrarnos de los beneficios del año jubilar".

El altar se situará ante el arco del Alcázar de la muralla y 6.000 asistentes podrán seguir la eucaristía "sentados y cómodos", en un recinto que quedará acotado y con entrada por la zona de la iglesia de San Pedro.

Cerca del altar habrá espacios específicos con movilidad reducida y para los músicos que acompañarán la ceremonia, que empezará a las 11 horas.

Abulenses protagonistas
Las parroquias distribuirán invitaciones para la misa a partir del 1 de septiembre, ya que se pretende que "los abulenses sean los principales protagonistas" de la apertura del centenario, aunque habrá espacios abiertos para acceder a la eucaristía.

Según Zazo, la misa inaugural servirá como "cierta prueba preparatoria para irnos acostumbrando a gestionar grandes eventos", a la espera de otros "más grandes y numerosos que esperamos" el año del centenario, que bien podría ser -aunque no lo ha citado- la visita del papa Francisco.

"No será la primera ni la última celebración multitudinaria", ha dicho el concejal de Turismo, Héctor Palencia, acerca de la misa inaugural, mientras que Antonio González, secretario general para el V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa, ha destacado que la apertura del centenario "será seguida con atención por toda la familia del Carmelo desde todo el mundo".

Acudirá a concelebrar la misa el general de la orden, Saverio Canistra, que también participará en las vísperas que el día anterior (19 horas) se celebrarán en el convento de La Santa.

Pantallas gigantes
Para la misa se situarán dos pantallas gigantes, una de ellas en la parte de atrás del Mercado Grande, y una aún sin ubicar. También se ha pensado en que las condiciones meteorológicas no sean óptimas, ante lo que se trasladaría la ceremonia a la Catedral.

Tras la misa se celebrará la tradicional procesión, pero con un recorrido que se modificará "teniendo en cuenta la seguridad por el movimiento de personas", según el edil de Turismo.

"Muchas de estas cosas -ha añadido Zazo- dependen de incidencias climatológicas y hasta de recursos económicos", por lo para llevarlo a cabo "toda colaboración es necesaria, y todo imprevisto habrá que saber responder a él como mejor podamos".