Una invitada muy especial, Silvia Marsó, fue la encargada de guiar un relato que hace pasar a más de medio centenar de actores por el escenario, de la mano Juan José Severo en la dirección, que introdujo en esta ocasión dos pasajes en vídeo proyectadas sobre el telón de fondo de la muralla.

Los integrantes de Nueva Escena llevaron a los espectadores siglos atrás abriendo una ventana a una página de la historia que ya es cita anual en el Episcopio.

Lástima que la lluvia impidiera llenar todas las sillas del recinto y a los asistentes disfrutar como en una noche de verano. Abrigados todos, solo la Marsó mantuvo el tipo saliendo en manga corta al escenario, aunque enseguida se cubrió con un chal.