Día Domingo, 30 de Noviembre de 2025
Del Martes, 02 de Diciembre de 2025 al Miércoles, 03 de Diciembre de 2025
Día Sábado, 06 de Diciembre de 2025
![[Img #23688]](upload/img/periodico/img_23688.jpg)
Una experiencia similar, aunque aislada y de carácter testimonial, ocurrió allá por el año 1570, cuando un curioso personaje se apostó en el cerro de San Mateo dispuesto a succionar la imagen del natural que presentaba la ciudad medieval que se extendía a sus pies.
Desde esta posición, un pintor y dibujante armado de plumas y tintas se dispuso a retratar Ávila sobre un papel, que en ese siglo ya había sustituido al pergamino, que formaba un pliego de 14,8 x 85 cms., igual que venía haciéndolo en un largo periplo por España.
El artista no era otro que el pintor flamenco Anton Van den Wyngaerde, conocido como Antonio de las Viñas, a quien el rey Felipe II había nombrado pintor de cámara con el encargo de retratar las ciudades que eran el rostro del reino.
El resultado final fue un excepcional dibujo de color rojizo que sitúa la traza urbana de la ciudad amurallada sobre un fondo cuadriculado con una fidelidad fotográfica asombrosa, y esta perspectiva será entonces una referencia constante en las imágenes y vistas con las que se identificará la ciudad.
Ávila del rey, una de las ciudades emblemáticas del reino donde no se ponía el sol, quedaba así inmortalizada entre las 62 plazas fuertes dibujadas que conformaban parte de la corona, y lo hacía a través de la imagen como instrumento que permitía visualizar y casi tocar el poder territorial del monarca.
Y la representación pictórica de Ávila como icono de su esplendor histórico no volvió a repetirse hasta pasado casi cuatro siglos. Ocurrió en 1864 cuando el director de la Escuela Municipal de Dibujo, Antonio Bernardino Sánchez, pintó para el ayuntamiento la ciudad vista desde el paraje de “Los Cuatro Postes” consolidando la larga tradición que fija aquí el mirador de Ávila.
A partir de entonces, Ávila se convierte en modelo frecuente de innumerables artistas que la retrataron con original empeño en dibujos, grabados, litografías y óleos, en cuya larga nómina sobresalen Van Halen, Carderera, Bécquer, Rico, Zuloaga, Beruete, Sorolla, Solana, López Mezquita, Caprotti, Soria Aedo, etc.
Al tiempo, la ciudad retratada se consolida en el arte fotográfico que sigue la estela de los pioneros Clifford, Muriel, Laurent, Alguacil, Lévy, Moreno y Redondo de Zúñiga.
Actualmente, y desde hace veinticuatro años, Ávila se ha convertido en el escenario donde miles de pintores (ya deben contarse más de diez mil) se han dado cita para pintar del natural la ciudad amurallada, siendo éste el tema que nos ocupa ahora.
Atraídos por la extraordinaria convocatoria del “Certamen de Pintura Rápida Ciudad de Ávila”, llegan hasta aquí pintores aficionados y algunos profesionales de todos los rincones de España (principalmente Madrid, ciudades y pueblos cercanos) dispuestos a interpretar la ciudad con una visión colorista del instante en el que la misma se ofrece como telón de fondo.
Y a estos pintores se añadieron otras categorías de concursantes, a las que pertenecen aquellos que están en edad escolar o ya pasada la tercera edad.
Entonces, la representación pictórica de Ávila es la respuesta a la llamada de Amelín de cada año y la realización a modo de retrato a domicilio por los numerosos artistas pictóricos que acuden a la cita.
Y ello gracias a la iniciativa del Hogar de Ávila en Madrid, presidido por Agapito Rodríguez Añel (al que siempre acompañan Anunciación Guil, Eugenio López Berrón, Rosa María Manzanares y Francisco Vázquez, buenos amigos) que logra reunir cientos de cuadros en la plaza del Mercado Grande en cada una de las ediciones del certamen de pintura rápida.
Pintar al aire libre y hacerlo tomando como modelo la ciudad es un lujo que encuentra en ella uno de los mejores exponentes de sus valores artísticos, pues la temática siempre ha sido Ávila (su paisaje, sus calles, sus monumentos, sus gentes,…)
Los pintores ambulantes, que se cuentan por centenares, llegan en peregrinación igual que antaño lo hacían los feriantes cuando acudían a la cita anual de estas fechas, y lo hacen sin ánimo mercantil y con generosidad cargados de brochas, caballetes y lienzos sustituyendo a los aldeanos que arribaban con alforjas de colores sobre caballerías conduciendo ganados para mercadear.
La pintura que hacen estos artistas lo es del paisaje urbano de la ciudad monumental y de sus arquitecturas, sin detenerse demasiado en aspectos figurativos, con un marcado carácter realista e impresionista, y algún guiño cubista, cuya originalidad va a radicar en la composición, la escenografía, el color, la luz, la perspectiva, el detalle, la originalidad temática, el trazo, la técnica, etc.
![[Img #23689]](upload/img/periodico/img_23689.jpg)
Con esta idea, los participantes montan guardia y asaltan con sus pinceles, y aperos de pintura la ribera del Adaja, los arrabales del puente, distintos tramos y puertas de la muralla, la basílica de San Vicente en todos sus lados, la catedral y su entorno, los alrededores de los Cuatro Postes y el Cerro de San Mateo, la naturaleza que enmarca la silueta urbana, el callejero, los soportales del Mercado Chico, la plaza del Grande, alguna ruina o rincón abandonado del caserío, etc.
Mientras, la población silenciosa toma asiento en terrazas, merodea y rodea al artista que apenas repara en los espectadores, aunque algunos se cuelan en el cuadro ilustrando la escenografía de colores.
Junto a la convocatoria del certamen de pintura la fotografía se alió con el mismo en un concurso paralelo de envidia sana por tanto derroche artístico, a la vez que la imagen del acontecimiento se multiplica y amplifica en infinidad de redes y medios de comunicación.
A lo largo de la jornada, los pintores han exhibido su buen hacer al vecindario y a los visitantes y curiosos que han observado la evolución de su proceso creativo, y han visto cómo la belleza estética aparece en rincones marginales de la ciudad y cómo se realza la monumentalidad de sus joyas arquitectónicas apenas sombreados de tipos humanos.
Ya por la tarde, las obras son expuestas al público que las escudriña buscando aspectos de paisanaje que les una a la visión artística de la elocuente obra que le resulta tan familiar. Otra oportunidad de admirar las obras premiadas vuelve a darse en exposiciones sucesivas que suelen celebrarse coincidiendo con la convocatoria del año siguiente.
Al final se premian y se venden cuadros, y la plaza del Mercado Grande, abandonada su función de mercado tradicional, se convierte durante la tarde en un zoco de arte donde la transacción es la propia ciudad hecha lienzo que se descubre y ofrece a la contemplación pública.
Y todo se mezcla en el bullicioso mercadillo que llenan pintores, público y viandantes, mientras que un pregonero, que también es presentador, da cuenta de los premiados en el certamen a la vez que llama a los galardonados en el concurso que son recibidos con aplausos.
Finalmente, diremos que el atractivo de la experiencia, ya consolidada en Ávila, se repite en numerosas ciudades y otros lugares de España con distintos resultados, contándose por cientos los certámenes de pintura rápida que se convocan cada año.
En la provincia abulense muchos pueblos han seguido esta preciada actividad artística, tales como La Adrada, Arenas de San Pedro, Arévalo, El Barco de Ávila, Gotarrendura, Madrigal de las Altas Torres, Navaluenga, Las Navas del Marqués, Piedrahita, Santa Cruz del Valle, Solosancho, Sotillo de la Adrada, etc.
Y el último que se ha sumado a la iniciativa cultural ha sido el pueblo de Casillas, donde tuvimos la oportunidad de participar como jurado y sorprendernos, una vez más, del impresionante proceso artístico que se realiza en este tipo de eventos y lo enriquecedor que resulta para las localidades retratadas.
Con todo, parece que estamos ante un nuevo género pictórico que sigue un itinerario creativo propio caracterizado por una técnica de singular, donde pueblos y ciudades se convierten en verdaderos protagonistas de las bellas artes gracias a miles de pintores que comparten sensibilidades.
Disfruta de la fruta
Día Domingo, 30 de Noviembre de 2025
Del Martes, 02 de Diciembre de 2025 al Miércoles, 03 de Diciembre de 2025
Día Sábado, 06 de Diciembre de 2025
Día Sábado, 22 de Noviembre de 2025
Del Jueves, 04 de Diciembre de 2025 al Sábado, 06 de Diciembre de 2025
Día Miércoles, 10 de Diciembre de 2025
Día Viernes, 19 de Diciembre de 2025
Día Jueves, 04 de Diciembre de 2025
Día Sábado, 06 de Diciembre de 2025
Día Miércoles, 17 de Diciembre de 2025
Día Domingo, 21 de Diciembre de 2025
Día Domingo, 30 de Noviembre de 2025
Día Jueves, 04 de Diciembre de 2025
Día Sábado, 06 de Diciembre de 2025
Del Jueves, 04 de Diciembre de 2025 al Domingo, 07 de Diciembre de 2025
Del Sábado, 13 de Diciembre de 2025 al Lunes, 15 de Diciembre de 2025
Del Miércoles, 17 de Diciembre de 2025 al Domingo, 21 de Diciembre de 2025
Del Miércoles, 24 de Diciembre de 2025 al Martes, 06 de Enero de 2026
Quizás también te interese...
Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.153