Más de 7.000 escolares y un centenar de profesores de cuatro países han sido partícipes, de los que 3.000 pasaron por las instalaciones de Naturávila.

La provincia italiana de Teramo ha estado al frente del programa, en el que han participado la Diputación abulense, los municipios de Nova Gorica (Eslovenia) y Strovolos (Chipre), la asociación e Solstizio y la organización no gubernamental Progetto Mondo, que trabaja en Burkina Faso e Benin.

Con un presupuesto de 1,3 millones de euros, de los que la Diputación aportó 240.000,  ha servido para "alcanzar objetivos concretos no sólo plasmados en el trabajo que se ha desarrollado con escolares de diferentes países de la Unión Europea, sino también en cuatro actuaciones llevadas a cabo en Burkina Faso y Benin", ha explicado el coordinador del proyecto, el italiano Antonio D’Anastasio.

La conservación de los recursos naturales, la concienciación sobre el cambio climático y el calentamiento global han sido los temas desarrollados, que han contado con microproyectos.

En escuelas de Burkina Faso se ha llevado agua potable y se ha dotado de material escolar y libros, y en Benin se ha aportado  equipamiento deportivo para los escolares, se ha construido un campo de fútbol y una pista de voleibol, y se ha equipado con bancos y sillas una escuela del país.

En Ávila, han sido más de 3.000 escolares de entre seis y 14 años los que han acudido a Naturávila, donde se puso en marcha 'La casita ecológica' en la antigua casa del caminero, situada a la entrada de las instalaciones, y donde se observan todas las posibilidades de energías renovables.