Ha sido soltada en el Campo Azálvaro, tras nueve meses de convalecencia en el Centro de Recuperación de Animales Silvestres (CRAS) de Valladolid, de la Fundación Patrimonio Natural.

Cuando fue rescatada por agentes medioambientales sufría quemaduras en las plumas de las alas y la cola y también se vio afectada por respirar dióxido de carbono del fuego.

Personal del Servicio Territorial de Medio Ambiente la pusieron en libertad en Bernuy-Salinero. Aseguran que cuando llegó al centro de recuperación esquivaba a los cuidadores, por lo que tuvieron poco contacto con ella. Este jueves fue tímida para salir de la caja donde se encontraba, si bien enseguida remontó el vuelo.

En su recuperación ganó peso hasta los 2,250 kilos actuales y fortaleció sus alas -cuenta con una envergadura de 1,42 metros-. A partir de ahora se realizará un seguimiento, para lo que ha sido anillada.