El puente festivo en la Comunidad madrileña llamó al turismo en una jornada que en la capital abulense tuvo como protagonista al patrón de la ciudad.

Tras la misa celebrada en la Catedral, poco después de las 12 del mediodía partió la procesión, con fresca temperatura a la sombra. Rumbo a la ermita tras pasar por el Mercado Grande y las calles del centro antes de enfilar la calle Vallespín.

Los incansables bailes del grupo Urdimbre protagonizaron el recorrido, acompañados de la dulzaina y tamboril de Jóvenes Dulzaineros, además de la Banda de Música Ciudad de Ávila, que escoltaban la imagen del santo, precedida por los estandartes de todas las cofradías de la ciudad.

Al llegar al templo románico situado en el arrabal del puente esperaban muchas personas que habían hecho cola para introducir el pañuelo.

Por la tarde la espera se alargó hasta casi media hora para alcanzar el sepulcro, entre los puestos de almendras garrapiñadas y obleas y la tradicional subasta de productos donados para la cofradía, además del sonido de la música tradicional, con el broche del grupo Tahona.