Asegura que existe una mayoría que "reconoce la necesidad de un cambio del marco legal y la despenalización",  para "igualarnos" a otros países europeos. "Yo defiendo la vida ante todo", ha dicho en su intervención, invitado por IU, donde lamentó "la mala muerte" e instó a los asistentes a "evitar la muerte violenta y trágica".

"La vida tiene un bien intrínseco por el que merece la pena vivir, pero en ocasiones determinadas se torna en un mal que provoca unos sufrimientos físicos y psíquicos difíciles de soportar que requieren el derecho a ejercer nuestra libertad", señaló.

Ramón Sampedro
Montes aludió al desconocimiento de la Ley del Autonomía del Paciente, que data de 2002, y destacó que algunos hechos, como la muerte de Ramón Sampedro, contribuyeron a que la eutanasia entrase en el "debate mediático" y fuera motivo de un profundo debate entre los ciudadanos.

"Como dueños de nuestra vida -explicó-, a la hora de tomar decisiones no debemos ser protagonistas, siendo actores de la decisión y no dejando la muerte en manos de terceros, sino asumirla como un hecho natural", dado que la vida es "un bien innegociable reconocido como un valor supremo en la Constitución, comprendido por tanto dentro del marco de las libertades y derechos democráticos".

Tras repasar el marco legislativo y legal en otros países europeos, apuntó a que en el Reino Unido se avanza hacia la despenalización del suicidio asistido, y lamentó la ambigüedad de los partidos a la hora de definirse sobre este asunto, sobre todo del PSOE.

También señaló que el Código Penal deja claro que en nuestro país la eutanasia es calificada como delito de homicidio, si bien "atenuado" por el tiempo de vida que resta a la persona afectada y otras circunstancias.
Montes terminó valorando de forma muy positiva a los movimientos ciudadanos ya que "los derechos no se regalan, se conquistan".

La Asociación Derecho a Morir Dignamente cuenta con una decena de socios en la provincia y, hasta la conferencia, ninguno de ellos de la capital.