Según la coordinadora del plan, Concepción Cirujano, el objetivo pasa por dar respuesta a las necesidades que presenta el patrimonio ante riesgos y catástrofes, puesto que producen efectos “inmediatos” y “muy demoledores”.

La colaboración institucional y la definición de una metodología común son algunos de los retos que se plantea este plan, que también planificará las intervenciones, definiendo, sobre todo, las medidas preventivas, como protocolos para una respuesta eficaz, formación de efectivos y difusión, según ha dicho.

Prevención
Para la coordinadora del plan, hasta ahora se ha hecho “muchísimo” aunque la “prioridad” en estos casos no tanto es llegar en el menor tiempo posible o que se dañen los menos bienes existentes sino que “no pase nada”, para lo que ha apostado por la implantación de medidas preventivas.

Las declaraciones de la responsable del plan se han efectuado en la inauguración del Congreso Internacional en el Patrimonio Histórico que se celebra entre el miércoles y el viernes en el Auditorio de San Francisco, organizado por el Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad y el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, en colaboración con la Fundación Fuego y otras entidades.

En el acto de apertura, el presidente de la Comisión de Patrimonio del Grupo y alcalde de Ávila, Miguel Ángel García Nieto, ha subrayado la importancia de conocer las experiencias que se exponen en esta cita, con el fin de poder aplicarlas al resto de los entornos históricos.

Ha dicho que el incendio en 2006 del palacio episcopal de San Cristóbal de la Laguna, ciudad Patrimonio de la Humanidad, supuso un hito para aumentar la preocupación por el patrimonio en los entornos históricos.

Intervenciones en terremotos
En el congreso se conocerán los detalles de intervenciones en el patrimonio realizadas en lugares que han sufrido terremotos, como Lorca (España), L’Aquila (Italia) o Valparaíso (Chile).

Por su parte, el director del congreso y jefe del Cuerpo de Bomberos de Ávila, Alfredo Delgado, director del congreso, ha subrayado la "dificultad" y la "complejidad" de los cascos históricos a la hora de actuar en el patrimonio, tanto en bienes muebles como inmuebles.

Para minimizar los efectos de las catástrofes, Delgado ha incidido en la ayuda de las nuevas tecnologías, que permiten disponer de bases de datos como la existente en Ávila, con 10.000 fichas que ofrecen información inmediata a los técnicos sobre el edificio en el que hay que intervenir, lugares de riesgo y prioridad en el rescate.

Junto con Ávila, por su plan de salvaguarda, con 42 edificios históricos, ha destacado el plan director de Córdoba, que contempla 57 edificios históricos, ya que el resto carecen de estos trabajos preventivos.

Delgado ha anunciado que el 17 de marzo, el Cuerpo de Bomberos de Ávila empezará a trabajar con la Unidad Militar de Emergencias (UME), para formar a un grupo de especialistas en intervención en el patrimonio en grandes catástrofes.