Así lo señalaron en la segunda jornada del juicio -el martes- a la vista de las fotos tomadas en la madrugada del hecho, el 30 de abril de 2011, cuando se hallaron varios casquillos de munición del año 1982, muy antigua, de un arma corta.

Uno de los agentes aseguró que la víctima falleció “por mala suerte”, porque los disparos estaban dispersos cuando los de un profesional suelen estar juntos. En este caso, “alguno certero” fue el que le mató, en una situación en la que la víctima “no pudo escapar ni defenderse” al estar en su coche.

La Guardia Civil ha ratificado la presencia en Piedralaves del acusado, por la tarjeta del móvil de Enrique Castado por los registros de llamada, en la madrugada del asesinato, además de una colilla con ADN cerca del vehículo.

Viaje
En la vista oral ha surgido la pregunta si el acusado de ser el autor material del hecho viajó solo de Piedralaves a Valdetorres de Jarama (Madrid), debido a que realizó múltiples llamadas al acusado de inductor, y teniendo en cuenta que es toxicómano y podría estar en malas condiciones físicas. Hizo el trayecto en 50 minutos cuando lo normal es una hora y cuarto.

En todo caso no se ha planteado que el otro acusado, Pedro Luis García Jiménez, estuviera con él, ya que el posicionamiento de su móvil lo detectó en Madrid, desde donde realizó llamadas a Castado.

Uno de los amigos de la víctima dijo, en este sentido, haber visto en Piedralaves un coche oscuro con dos personas, mientras que otros afirmaron que Óscar Linares era “buena persona” y dijeron no conocer que traficase con droga, aunque podía conseguirla, a la vez que reconocieron la enemistas que mantenía con el acusado de inducir a su asesinato.