Se trata del documento que, a través de la Guardia Civil, se ha efectuado sobre el accidente ocurrido el 8 de julio en la Nacional 403, y en el que nueve ocupantes fallecieron y 22 resultaron heridos de distinta consideración.

El uso de cinturones de seguridad sólo es obligatorio para los vehículos matriculados desde octubre de 2007, y en este caso se trataba de un vehículo de 1997.

Los siete fallecidos que resultaron expulsados fuera del habitáculo del autocar -que no sufrió grandes daños y no volcó- habrían quedado sujetos en sus asientos, según señala el informe, tal y como ha indicado el fiscal Óscar Barrios, de un procedimiento que tramita el Juzgado de Instrucción número 2.

Un informe
La instrucción del caso se encuentra prácticamente concluida, a falta de informe del forense sobre las lesiones graves que sufren tres de los heridos, dos de los cuales son una madre y su hija de siete años, cuyas heridas fueron calificadas como de carácter muy grave.

Cuando acabe la instrucción, el juez deberá decidir si se celebra juicio oral, con la opinión favorable a la vista del fiscal, que acusara al conductor de homicidio por imprudencia grave.

En el autobús siniestrado sólo había cinturón en el asiento situado a la derecha del conductor, que iba sin ocupar, y en el ubicado en el asiento central de la última fila del autocar, que da al pasillo. La persona que iba sentada en él no lo llevaba abrochado y resultó herida de carácter grave al haber salido despedida.

El informe que elaboró en su día la Guardia Civil de Tráfico achacó el accidente a un fallo humano por episodios de microsueños por parte del conductor.