Ambas negativas coinciden con el escrito de oposición planteado por la representación legal de la viuda y la hija de la víctima, que ha exigido el cumplimiento íntegro de la sentencia al entender que el crimen fue cometido con un “claro desprecio por la vida” y porque el condenado “ha destrozado la vida de una familia, con una huérfana de corta edad que apenas ha conocido a su padre”.

Ahora, y antes de remitir la documentación al Gobierno central, la Audiencia de Alicante deberá incorporar al expediente de solicitud de indulto todos estos informes y otro más que refleja que el recluso no ha pagado las indemnizaciones de 211.000 euros a la viuda y de 88.000 a la hija.

Según la sentencia, Ricardo G.G, nacido en Ávila en 1989, actuó con “brutalidad y sinrazón” al matar a Francisco José A.C., de 43 años y que tenía esposa y una hija pequeña, y además operó sin “el menor signo de arrepentimiento”.

La paliza se la propinó sobre las 7 horas del 26 de noviembre de 2008 en el turístico paseo de la playa del Postiguet cuando, como todas las mañanas, la víctima se dirigía a trabajar y, sin saberlo y al azar, fue escogido por el agresor, que le atacó por la espalda con un golpe.

La víctima cayó al suelo y se inició “una brutal agresión” con puños y patadas tanto en la cabeza como en el torso para, una vez que la víctima perdió el sentido, robarle la cartera y emprender la huida.

Un testigo avisó a los servicios de urgencias y Francisco José A.C. ingresó en el Hospital General con traumatismo craneoencefálico y torácico por las contusiones en la cara, cuello, cráneo, hombro, brazo izquierdo y zona lumbar, todo lo cual le causó un edema cerebral que precipitó la muerte al día siguiente.

La paliza fue de tal envergadura que, incluso, el agresor tuvo que acudir un día después a un centro médico por las lesiones que se había causado en un pie.