Las 14 oficinas, con un volumen de negocio de 300 millones de euros y una cartera de cerca de 10.000 clientes, se encuentran dentro de las 160 que la filial británica tenía previsto cerrar para dejar la banca minorista y dedicase a la banda privada.

Nueve de las oficinas traspasadas incluyen el conjunto de la sucursal, y cinco sólo al negocio, debido a que ya han cerrado, como la de la plaza de Santa Ana en la capital abulense.

Las otras se encuentran en Arganda del Rey, Colmenar Viejo,  Hoyo de Manzanares, San Sebastián de los Reyes (2), Pinto y Villaviciosa de Odón, en la Comunidad de Madrid; Fuensalida, Talavera de la Reina, Santa Cruz de la Zarza y Seseña, en Toledo; Huete, en Cuenca; y Valdepeñas, en Ciudad Real.

En el primer traspaso de un conjunto de oficinas a una caja rural.  Caja Rural de Castilla-La Mancha, que cuenta con oficinas en Candeleda y Sotillo de la Adrada, asume los derechos y obligaciones que Barclays tenía concertados con sus clientes.