La exposición de nueve cuadros de gran formato (hasta el 17 de noviembre) “conjuga bien con el espacio del monasterio”, según el artista, y se trata de óleos en los que se observan diferencias, ya que algunos son recientes y otros de hace más de 30 años.

La muestra abre una serie de exposiciones que quieren “apoyar el desarrollo turístico” de la zona, de tal forma que sean visitadas a la vez que el monasterio, y en las que se espera “la implicación” de agentes sociales y económicos, según Gonzalo Jiménez, secretario de la fundación.