Los trabajos se decidieron ante el riesgo de hundimiento al observar el muro “bastante abombado” y que las grietas se abrían según pasaba el tiempo. Desde primeros de año se ha comprobado gracias a los testigos que colocaron los Bomberos, ha explicado la arquitecta municipal, Cristina Sanchidrián.

El muro de mampostería de piedra data de la década de los 80, que fue consolidado en los 90, y aunque tiene “estabilidad”, tiene una edificación encima y debe “mantenerse la estabilidad del edificio”.

La obra, por importe de 57.000 euros, consistirá en desmontar el paseo superior y bajar su cota para evitar la sobrecarga, quitar el muro de hormigón por partes y levantar uno nuevo, revestirle de piedra y rellenar luego parte de arriba.